Nota a Julieta Diaz =)

“No me siento una bomba sexy”


A pesar de lucir más sensual y provocativa que nunca, la protagonista
de Valientes y de la obra de teatro El año que viene a la misma hora
se define como una mujer tierna y dulce y rechaza la idea de ser un objeto
de deseo masculino. En su agitada agenda se hace tiempo para causas humanitarias y confiesa una gran estabilidad sentimental gracias a la
pareja que tiene desde hace dos años con su novio estadounidense,
quien -según ella- “sabe verme linda más allá del peinado y del maquillaje”.

Está más delgada, radiante y visiblemente feliz. Sin dudas está atravesando su mejor año laboral protagonizando Valientes, la tira más vista de la televisión, y al mismo tiempo encabezando junto a Adrián Suar El año que viene a la misma hora en el Teatro Maipo, y todo eso sin contar las campañas publicitarias que la tienen como imagen y el tiempo que dedica con pasión y convicción a denunciar la minería a cielo abierto: “No sólo por su poder contaminante, sino por lo dañino que resulta para la economía del país”, declara.

Se podría pensar que tanta actividad le quita energía. Sin embargo, lejos de agotarse, Julieta hoy tiene un motor propulsor que es el amor del estadounidense Brent Federighi, su novio desde hace casi dos años, que trabaja en el negocio inmobiliario y con quien -de a poco- está pensando en convivir. “Es un increíble compañero de todo lo que hago y trato de dedicar la mayor parte de mi tiempo libre a la relación. Aunque este es un año muy fuerte y de mucho éxito, el trabajo no se está comiendo mi vida. Más adelante, cuando tenga menos responsabilidades laborales, voy a devolverle todo lo que él está haciendo por mí. Y lo mismo vale para todos mis amigos y familiares, que hacen lo imposible para acomodar sus agendas a mis alocados horarios de trabajo”, explica con una morisqueta simpática.

-¿Ya tenés decidido que el año que viene vas a aceptar menos ofertas laborales?
-Sí. Es muy difícil pensar que el año que viene vaya a estar protagonizando una tira y haciendo una obra de teatro comercial como ésta. De hecho es muy raro lo que me tocó vivir este año. No lo hace nadie. Yo no lo vi a Pablo Echarri hacer una obra de teatro mientras grababa Montecristo. La mía es una situación extraordinaria.

-¿Te lo planteaste como un desafío, para ver hasta dónde podía llegar tu capacidad de trabajo?
-No, el desafío es tener un protagónico en el teatro con sólo dos personajes en escena.

-¿Y no es extraño tener de compañero de elenco a tu jefe en Pol-ka?
-Al principio me resultaba raro. Pero después todo fluyó. Para mí Adrián es como un mentor, porque hace 10 años empecé mi carrera televisiva con él en Pol-ka y muchos de los trabajos que más me enorgullecen los hice en su productora. Si bien el hecho de ser director de programación de Canal 13 y productor son dos cosas que pesan mucho, él nunca deja de ser actor y eso se nota. Como pareja tenemos química, que era lo que se necesitaba, y eso también se lo debemos al director y al resto del equipo que se fue sumando, como Pablo Ramírez en el vestuario y Sergio Lamensa en los peinados que uso durante toda la obra.

-¿Estas dos últimas incorporaciones fueron sugerencias tuyas?
-La de Pablo no, pero la de Sergio sí porque él viene peinándome hace un tiempo. Igualmente, cuando me enteré de que Pablo iba a encargarse de la ropa de Doris, mi personaje, me entusiasmó porque, como mucha gente del ambiente, he usado sus vestidos para distintas ocasiones y ¡son fantásticos!

-¿Cuidás de tu imagen ahora más que antes?
-Mmm... No sé, puede ser. Estando en la tele es más fácil hacerlo porque lo necesita tu personaje y por la exposición mediática lógica de estar en un programa exitoso. De todas formas soy muy coqueta, me encanta estar bien, pero no soy una fashion victim, ni obsesiva al respecto. Le doy la importancia que se merece para mi trabajo. Tal vez en el pasado, como no se me veía tanto y tenía un perfil más bajo, parecía menos vanidosa.

-Se te conoce colaborando en campañas de bien público, como la que protagonizás actualmente en oposición a la minería a cielo abierto. ¿Qué te motiva?
-Creo que es una obligación participar en cosas como éstas, porque los que tenemos un espacio tan grande y masivo lo tenemos que ofrecer para ayudar a mejorar el mundo y cambiar lo que esta mal. Hay un montón de personas que sufren y tendría que ser parte de nuestra agenda y de nuestro trabajo tomar partido por algo, no por todo, pero sí por una causa que resulte relevante. Yo particularmente, llegué al tema de la minería por mi mamá, que conoce a la gente organizadora de la campaña, la ONG Conciencia Solidaria, y ellos me empezaron a informar al respecto. Por mi parte me puse a investigar, a profundizar sobre el asunto y me pareció súper urgente. No podía dejar de hacerlo.

-Evidentemente sos de comprometerte en serio. ¿Pensaste en crear una fundación?
-Siento que eso lo tengo como una asignatura pendiente. En algún momento voy a pensar seriamente en poner una fundación que defienda los derechos de los pueblos originarios, como la de Patricia Sosa, pero por el momento solamente estoy pensando en voz alta. De cualquier manera, ahora me concentro en dar a conocer cómo la minería a cielo abierto contamina el agua, el aire y el suelo, y en cómo perjudica al desarrollo económico del país, porque todo lo que extraen lo sacan de la Argentina y los mejores puestos de trabajo son para los extranjeros. Para mí, ésta también es una forma de agradecer todo lo que me pasa. Es un momento bárbaro y por eso todos los días cuando me levanto digo ¡¡gracias totales!!



-¿Y te interesaría participar en la política?
-No, dado que no soy oficialista ni contrera. Una sola vez apoyé la campaña de (Daniel) Filmus, porque su postura respecto de la cultura me era más cercana que la de (Mauricio) Macri. Siento que no es mi deber contarle a la gente qué opino del gobierno, ya que estoy en un lugar en el que no está bien ni me conviene hablar sobre lo que pienso. Sí sostengo mi posición desde mi conciencia humanitaria sobre cosas concretas, pero eso es independiente a si hay un radical o un peronista como presidente. Me hicieron ofrecimientos políticos un par de veces pero los rechacé: primero, porque no estoy preparada, y segundo porque no lo haría. Me hace ruido. Es un camino muy difícil. No me cierra el hecho de mezclar la popularidad que te da el trabajo de actriz con el poder. No votaría a un actor que haga política. Pero mejor cambiemos de tema, ¿no?

-Respecto de tu personaje en Valientes, ¿sos consciente de las fantasías que despertás en los hombres cuando Alma aparece con uniforme de mucama?
-¿Fantasías? ¿En serio? Me resulta raro.

-¿Nunca te hicieron un comentario?
-No. En el trabajo, al principio, hacían bromas porque me ponían un uniforme muy corto y yo les decía que parecía de una película porno, pero nada más. En la calle siento que genero otras cosas. Cuando hago de linda, como ahora o como hice en su momento en Soy Gitano, provoco una sensación más tierna, dulce, y no una guaranga. Me dicen piropos de amor, como de enamorados, no de calentura. Tal vez porque tengo un estilo más tranqui o más serio. Me resulta extraño pensar que despierto ratones, porque no me doy cuenta. No me siento una bomba sexy. Sí la considero así a Kloosterboer, pero no yo.

-Concretamente, ¿cuál es la respuesta de la gente en la calle?
-Un día un taxista me dijo: “¿Sabe que con mi hijo mirábamos la novela de los gitanos y él moría por la Gaetani, que es una chica muy linda, muy sensual, pero la Díaz… es para ponerse de novio”. Y la verdad que me pareció el piropo más lindo que me dijeron en toda mi vida. Jamás me dijeron algo fuera de lugar. El personaje de Alma es sexy, no puedo negarlo. Usa tacos, escotes, y no es María Leal en Grande Pa!. Pero Alma también me provoca ternura y por momentos es re-adolescente. Con el uniforme de mucama, todo cerrado, no me veo ni un poco sensual. Tal vez para los hombres la fantasía pasa por otro lado, pero me gusta la mirada halagadora masculina. Igualmente, no me siento más o menos sexy por lo que comenten, sino porque mi novio me dice que lo soy. Para él lo soy todo el tiempo, aun conociendo mis defectos y sabiendo todo lo no sexy que puedo ser. Ahí me la creo, porque es verdad, porque es algo real.

-Entre nos…¿Brent nunca te dijo nada sobre el vestuario?
-Él es tan divino, que nunca me dijo nada y, si tuvo alguna fantasía con el uniforme de mucama, no la mencionó. Pero sí hizo un comentario relacionado con el personaje. Como a mí no me gusta lavar los platos, ni hacer la cama, un sábado me dijo: “Vos sos mucama solamente en la tele ¿no?”